La semana se cerró con un tono más frágil del que se intuía a mitad de recorrido. El dato definitivo de empleo en EE. UU. obligó a recalibrar expectativas y desmontó el optimismo inicial: de apenas 22.000 nuevos puestos en agosto, frente a unas previsiones mucho más ambiciosas, a una tasa de paro que escala al 4,3%. El mercado leyó primero la noticia como catalizador de un recorte de tipos en la reunión de la Fed del día 17, pero la reflexión posterior se inclinó hacia la señal de debilidad estructural en el mercado laboral estadounidense, con la minería y el gas como grandes perdedores y la sanidad como único sostén. El resultado fue una corrección progresiva en Wall Street que contagió a Europa.

En España, el IBEX 35 cedió un 0,45% hasta los 14.850 puntos, con presión sobre Indra (-2,32%), Bankinter (-2,04%) e Inditex (-1,41%), frente al buen tono de Cellnex (+2,31%), Acciona Energías Renovables (+2,06%) y ArcelorMittal (+1,8%). El centro de atención estuvo en BBVA, tras la autorización de la CNMV a su OPA hostil sobre Sabadell. La propuesta —una acción nueva de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada 5,55 acciones de Sabadell— abre un periodo que se extenderá hasta el 7 de octubre. El visto bueno de la SEC en EE. UU. para coordinar plazos elimina incertidumbres técnicas, y los analistas ya empiezan a ajustar valoraciones: Jefferies elevó su precio objetivo a 17,70 euros con recomendación de compra, descontando incluso la posibilidad de una mejora parcial en las condiciones. La semana dejó también movimientos corporativos relevantes: Indra, penalizada tras anunciar la inversión de 43 millones en reconvertir la antigua planta de Duro Felguera para producción de blindados; CaixaBank, que avanza con firmeza en su programa de recompra, con dos tercios ya ejecutados; e IAG, que colocó 500 millones en bonos sénior a tipo fijo del 3,35% hasta 2030, reforzando liquidez a largo plazo.

El pulso europeo fue igualmente débil: el Euro Stoxx 50 retrocedió un 0,53%, el CAC 40 un 0,40%, el DAX un 0,82% y Londres se mostró más estable, con un recorte marginal del 0,06%. En EE. UU., los principales índices cerraron el viernes en negativo tras haber marcado intradía nuevos máximos históricos. El S&P 500 se dejó un 0,32%, el Nasdaq un ligero 0,03% y el Dow Jones un 0,48%. La lectura del empleo activó dos narrativas simultáneas: por un lado, expectativa sólida de un recorte de al menos 25 puntos básicos por parte de la Fed; por otro, la inquietud creciente de que el mercado laboral ya no actúe como freno frente a una eventual recesión.

En el plano sectorial norteamericano, los bancos (JPMorgan, Wells Fargo) corrigieron por la posibilidad de menor crecimiento en el crédito, mientras industriales como Boeing o GE Aerospace tampoco escaparon al ajuste. En contraste, Broadcom sorprendió con resultados superiores a lo previsto y repuntó un 9,4%, aunque su fortaleza presionó a Nvidia (-2,7%) y a otros nombres ligados a la inteligencia artificial como Palantir (-2%). El balance semanal dejó divergencias: S&P 500 y Nasdaq lograron saldos positivos (+0,33% y +1,14%), mientras que el Dow Jones acabó en negativo (-0,32%). Un reflejo fiel de la tensión actual: la esperanza de que la Fed actúe como soporte se cruza con la evidencia de que la economía estadounidense empieza a mostrar grietas más visibles